|
 |
|
Deseos, proyectos, metas, ambiciones, son cosas que van y vienen en
nuestras vidas. Pero los sueños son mucho más fuertes
y persistentes al paso del tiempo.
Este era mi sueño desde muy pequeña: cantar tangos,
interpretarlos a mi manera, muy desde adentro, con ese sentimiento
único que transmite nuestra música ciudadana.
Mi historia con la música se fue transmitiendo en la sangre.
Mi papá tocaba el bandoneón en una orquesta de nuestra
ciudad y escuchábamos tangos juntos sentada en su falda siendo
muy chiquita. Mi mamá con los acordes del piano y mi abuelo
materno con su virtuoso violín y su voz de tenor en el coro
estable de un escenario tan ligado a la cultura como el desaparecido
Teatro Argentino de La Plata (hoy reconstruido pero con otra fisonomía),
fueron las primeras notas musicales que sembraron mis oídos.
El sueño estaba allí, siempre latente, nunca archivado
pero sin salir a la luz. Muy cerca de la resignación. Hasta
que un día..., con decisión y el apoyo de mucha gente
que me quiere di los pasos necesarios para que mi sueño se
convierta en realidad.
Un concertista y excelente persona como Oscar Hernández
confió en mí y las palabras de aliento de músicos
y cantantes de larga trayectoria avalaron mi decisión de subir
a distintos escenarios. De esta manera, pude experimentar la emoción
del aplauso, del silencio respetuoso y de las distintas miradas del
público que le brindaban a la artista que tenían frente
a ellos.
Mi sueño ya es una realidad, transmito en cada show las emociones
y sentimientos que me provoca el Tango. Espero que quien lea estas
líneas encuentre en ellas un incentivo para intentar cumplir
los suyos. El tiempo es hoy y es bueno darnos una oportunidad de disfrutar
ese camino que queremos transitar. |
|
|